Mis pasiones muestran a lo imperfecto como perfecto.
Forman el lugar donde todo encaja. Donde el imaginario termina siendo inconsciente.
Donde me pierdo, miro alrededor y solo me encuentro a mi misma.
Me siento feliz sobre mis pasiones,
me ilusiona el hecho de saber que ellas acompañan mi vida cotidiana,
que completan la columna de lo que es mi personalidad.
Gracias a ellas soy lo que soy.
Cuando las toco me siento plena.
Llenan de vida lo que no tiene sentido en mis pensamientos,
ensanchando las orillas de ese río que a veces me rebalsa.
Gracias a ellas viene mi calma.
Sobre todo mis ganas de seguir siendo yo misma.